Me dispongo a explicar, de una forma nada rigurosa, un
problema añadido que conlleva venirse a vivir de la costa mediterránea a San Cristóbal
de las Casas.
En cualquier viaje al extranjero existe el problema de las
diarreas, los microbicho presentes en el agua y en los alimentos son diferentes
a los que estás acostumbrado, y este cambio puede hacerte pillar una gastroenteritis
(véase Saray). Si viajas a un país menos desarrollado se le suma el hecho de
que puede que el suministro de agua no cumpla criterios de sanidad muy
elevados.
Pero el problema añadido de nuestro viaje es que Elche y
Murcia se encuentran casi al nivel del mar, mientras que San Cristóbal está a
2100 metros por encima de este. Los escaladores de montañas saben muy bien que
es el mal de altura, pero el resto de mortales nos enteramos mediante la
experiencia.
Resulta que cuando subes a mucha altura hay menos oxígeno en
el aire, esto es jodido, pues sin oxígeno nos morimos. Tu cuerpo, que no quiere
morir, decide apañárselas como puede. Primero aumenta tus respiraciones, como
hace cuando haces deporte. Luego aumenta tus pulsaciones para que tu sangre,
que lleva menos oxígeno, circule más rápido y puede cumplir con los pedidos de
oxigeno de tus aparatos (esto también lo hace tu cuerpo cuando haces deporte).
Y por último hace como el PP ante la crisis, decide recortar gasto de oxigeno
de las partes prescindibles (igualito que cuando haces deporte). Todo ello
conlleva a que aquí estas sentado y tu cuerpo esta como si estuvieras haciendo
deporte. Esto no dura para siempre, tu cuerpo se acostumbra, aproximadamente 11
días por cada 1000 metros de altura, a nosotros nos costará 22 días. ¿Pero
mientras tanto que pasa?
Pues pasa que uno de los sitios de donde recorta tu cuerpo
es en la digestión, al parecer la respiración, el cerebro, etc. son más
importantes, y tu cuerpo decide qué bueno, digerir un poco peor la comida es
asumible. Cualquiera que haya comido mucho antes de hacer deporte sabe cómo
puede acabar eso. Tu cuerpo digiere peor la comida, hace la faena rápido y mal porque
le falta oxígeno para la faena, va de culo vamos. Y en consecuencia las
indigestiones, las digestiones pesadas, los gases y las cagadas descontroladas
aumentan. Aprendes a base de ostias, pero al final comprendes que debes cenar
muy ligero, pues si te acuestas aun la digestión recibe menos oxígeno, que no
comas mucho si vas a andar luego, y sobretodo que el conocimiento es poder, y
por lo menos sabes que esto es temporal y que te estas convirtiendo en un
superhombre.
Para una información más científica, visite el artículo de Wikipedia
sobre el mal de altura.
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