Cuando te vas a otro país aprendes mucho sobre el tuyo
propio. De donde vienen las expresiones, porque son esas expresiones y no
otras, porque nos hacen gracias ciertos chistes, de que colectivos nos reímos,
etc. Aun así hay cosas incomprensibles a primera vista, intuyes que tendrán algún
motivo pero no alcanzas a comprenderlo. En México por ejemplo se cuentan muchos
chistes de gallegos. Los chistes de gallegos son chistes de españoles en
general, se nos llama gallegos porque la mayoría de emigrantes que llegaron aquí
en la guerra civil española eran de Galicia. Los chistes de gallegos en Latinoamérica
son como los chistes de Lepe en España. Tienen como tema central lo tontos,
ingenuos o crédulos que son un colectivo.
Hasta ahí todo cuadra, y tiene su lógica, nada más sano que reírse
y tratar de tontos a los conquistadores de hace 500 años, un acto de rebeldía
sano. El tema es que en estos chistes siempre que tiene que haber una conversación
entre 2 españoles, a este par de personas se las llama Manolo y Venancio. Lo de
manolo lo llego a entender, pero los Mexicanos se quedan muy extrañados cuando
les digo que en España no conozco a nadie que se llame Venancio. No sé si fue
un nombre común en Galicia en los años de la emigración, o yo que sé. Pero es
una rareza cultural que aquí se tome Venancio como nombre arquetípico de
español.
Si queréis ampliar el tema poner en google Manolo y Venancio
y a leer chistes.
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