Esta es la cuesta que tenemos que subir cada día para llegar
a nuestra casa (la foto no hace honor a la realidad). Nuestra casa está justo casi al final de la cuesta. Es un
coñazo, pero pensándolo bien prefiero que sea así que al revés. Me gustaría
menos si tuviera que subir la cuesta cada vez que salgo de casa, en frió seria
mucho peor.
La cuesta se las trae, cuando llueve resbala mucho el
empedrado, y la única franja segura para subir o bajar es el adoquinado del
centro, pero claro por ahí baja un rio de agua. Cuando vas subiendo y te cruzas
con alguien que baja, su mirada es una mezcla de compasión y regocijo. Claro
que mi mirada es igual cuando yo bajo y alguien sube.
En bicicleta es imposible. Aunque el otro día vi a un chaval
que se la subió enterita zigzagueando con la bicicleta. Estuve a punto de
gritarle ánimos a lo tour de Francia.
Bueno, que quería hacer un post sobre la cuesta porque se le
pilla cariño. No he visto aun ningún accidente de coche que resbale cuesta
abajo, pero cada vez me dejo caer desde más arriba con la bicicleta. Intuyo un
futuro post en el que os cuente las lesiones sufridas por una caída.
Querido sobrino eres joven y confío en que un dia la subirás y entonces ya seras mayor,tu tío Alberto
ResponderEliminarajjajajajajajjajaj, buena esa!!!
EliminarPrometo grabar el vídeo cuando me considere preparado
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