viernes, 10 de mayo de 2013

Regalo de cumpleaños a través de un oceano


Hacer regalos a distancia es difícil, sobretodo porque no puedes recurrir a nada objetual. De todas formas mi hermana ya se ha acostumbrado a no recibir regalos de mí. Y por ello, para ir contracorriente como siempre, este año que estoy en México, mi hermana tiene regalo.
El regalo es un texto, un texto que espero que le sirva de ayuda. Le regalo mi habilidad con las palabras esperando que supla su defecto para expresarse calmadamente. Feliz cumpleaños.

Los hijos somos unos desagradecidos por naturaleza. Una vez que nuestros padres nos han enseñado a caminar, y que hemos pasado unos cuantos años perfeccionando la técnica, nos da por irnos de casa, así sin más, sin motivo alguno. Nuestros padres se han hecho expertos en cubrir nuestras necesidades, están entrenados para detectarlas y eliminarlas, felices de que casi ni hayamos notado nuestro paso de la placenta al mundo exterior. Y ahora, de pronto, les decimos que nos queremos ir.
-¿Pero estás mal en casa, te falta algo?
-No papas, pero me quiero ir.
-¿Pero a dónde vas a ir? Si aquí no te falta de nada.
Y la verdad es que es difícil de explicarlo según su lógica de necesidades, porque indudablemente allá donde vayas te faltarán más cosas que en casa. ¿Y entonces porque nos queremos ir?
Pues porque la lógica de necesidades no vale para estos casos. Porque si repasamos las decisiones más importantes de nuestra vida, casi nunca las tomamos pensando en cuál es la opción más cómoda. La verdad es que aunque suene estúpido LOS HIJOS SE VAN DE CASA, PORQUE NO PUEDEN DEJAR DE IRSE. Al igual que no pueden dejar de nacer,  aprender a andar, o de hacerse mayores.
Todos esos pasos implican estar menos cómodo. Y para que querrá el dichoso niño aprender a andar, con la de ostias que se va a dar y la de cosas peligrosas que le pueden pasar. ¿No estará mejor en la cuna acostado? ¿Qué necesidad tiene?
Pues la necesidad humana de progresar. La que nos empuja a no conformarnos con lo dado. La que nos mete en tantos problemas, y nos llena de orgullo al superarlos. Irse de casa es una más de ese grupo de decisiones que llega un punto en el que están claras. Te vas, y todo será más difícil, tendrás que aprender a gestionar tus recursos, tendrás que aprender a gestionar tu tiempo, que se verá invadido por infinidad de tareas desconocidas. Tendrás que aprender qué es un fusible y qué hacer cuando se funde, como coño se descongela un pescado en 5 minutos, como organizarse para no pasar media semana comprando alimentos, etc. Tendrás que hacerlo y lo harás, porque que sea más difícil no quiere decir que te haga más infeliz, sino más bien al contrario. Irte de casa es volver a sentir que te quedan muchas cosas por aprender cuando empezabas a sentir que ya todo era repetir el mismo patrón.
A los padres solo les podemos pedir algo de comprensión, aunque entenderlo no puedan. Que recuerden que sentían cuando les toco a ellos, y que admitan que poco importa si la vida esta difícil o fácil, eso no es argumento para nada. Pedir comprensión, y liberarlos de su tarea reconociéndoles su mérito. Pues señores padres, el aprobado lo tienen ustedes desde que consiguen que su hijo se vaya de casa porque se QUIERE  ir, y no porque se TIENE que ir. El notable lo consiguen si su hijo se va de casa con vuestro apoyo, que refuerza sus dudas y temores. Y el sobresaliente se les dará en caso de que su hijo deba volver a casa y no obtenga un “te lo dijimos” de vuestra parte. Así de simple (que no fácil) es esta asignatura de la Universidad de Padres.
Por nuestra parte no os preocupéis. Saldremos bien parados. Estamos diseñados para ello, y hemos tenido buenos profesores.  Aprenderemos por el camino y os haremos sentir orgullosos. Como cuando por fin os atrevisteis a soltarnos las manos y visteis que podíamos andar solos, y os emocionasteis sin saber si era por el orgullo de ver a vuestro hijo que ya caminaba solo, o por la tristeza de ver  que vuestro hijo ya no os necesitaba para poder moverse por el mundo.

PD: Mama que razón tenías cuando nos decías que no podías distinguir los calcetines de cada uno de nosotros, y cuando te sentaba mal que alguien andase por el suelo recién fregado.

3 comentarios:

  1. Jooo...q envidia de expresarse asi!!! Jajjaa tu no irias para escritor y no arquitecto??jajja muchas gracias por mi regalo....y suscribo todo lo q dices desde el principio hasta el final....gracias!
    Un beso muy grande!!!

    Miriam

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  2. te acuerdas una vez que el profe de historia, te dijo que te dedicaras a escribir, o que se te daba bien, o algo asi... parece que no iba desencaminado.

    Un besote

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    Respuestas
    1. Si, el ximo, cuando hicimos el trabajo de la guerra de afganistan. Parece ser que me calo mas el Murias que Ricardo.

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