En los años 60
una caterva de investigadores de muchos lugares diferentes creyeron conveniente
inventar algo para poder compartir sus conocimientos sin tener que reunirse en
el mismo lugar. Como ya tenían ordenadores, y eran muy listos, inventaron
internet.
50 años después,
las crisis y cosas de la vida, hace que muchos hijos españoles de madres
españolas, vivan lejos unos de otros. El hijo actual suele ser un espécimen poco
dado a aprender lo necesario para la vida cotidiana de su santa madre. No le
podemos tampoco echar la culpa, se ha criado en un mundo en el que con una búsqueda
en google se podía solucionar la ignorancia puntual que te sacara de cualquier
atolladero académico.
Todo esto nos
lleva a una situación muy curiosa. La situación consiste en madres actuales
escribiendo en teclados consejos sobre cómo hacer jabón casero, como eliminar
chinches de casa, como ahorrar gas al cocer garbanzos, etc, etc, etc. Una legión
de madres voluntariosas a las que no frena el analfabetismo tecnológico, y transmiten
ese conocimiento de la vida cotidiana a hijos lejanos que recurren a la mama
cuando internet les abruma con informaciones contradictorias. Whatsapp, mail, Skype…
todo vale para que el nene o la nena no pasen apuros.
Me parece algo
hermoso, madres del siglo XX teniendo que aprender tecnologías del siglo XIX,
para que hijos del Siglo XIX puedan aprender saberes del siglo XX.
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