Hay lugares en el mundo que han hecho muy bien sus deberes
de imagen pública. Si nos hace ahora gracia todo el embolao de la “Marca
España”, hay que reconocer que Cancún saca sobresaliente en el tema de crearse
la marca que quería. Y es que pensar en Cancún es pensar en playas
paradisiacas, pensar en vacaciones u ocio, pensar en diversión, fiesta, sol y
sonrisas.
Por ello, para compensar esa sobredosis publicitaria que nos
hace tener una idea determinada de un sitio, casi siempre simplificada y
ficticia, hoy os traigo la cara b de Cancún. Y es que Cancún también es una
ciudad donde vive gente que trabaja a diario en un país llamado México.
Lo cierto es que la Cancún conocido se reduce a 20 kilómetros
lineales de hoteles, spas, centros comerciales, discotecas y restaurantes. Una
Manga del Mar Menor a lo grande. Dato, 7 de los 10 hoteles más lujosos del
mundo están ahí. Recorrerlos en autobús después de pasar el día en la ciudad de
Cancún (mucho más acorde con México) es realmente apabullante. Debe ser como
entrar en las Vegas después de kilómetros de desierto.
Cancún ciudad es mucho menos ostentoso, lógicamente se ha
beneficiado del dinero salpicado por la zona hotelera y la avenida principal es
muy turística y concurrida. Pero cuando sales de ahí, Cancún se compone de
barrios periféricos homologables a los más conocidos barrios sociales españoles
(los barrios de los gitanos por hablar mal y pronto). Aquí cada barrio se llama
supermanzana nºX. Nosotros pasamos unos días en la supermanzana 95 (AKA la 95),
alojados por un chico que rentaba un departamento en las llamadas viviendas multifamiliares
o Galaxias. El barrio queda a tomar por culo del centro, y su equipamiento
principal es un Oxxo. Las calles y el parque estaban hechos un solar, y un taxi
aparcado en la puerta durante demasiado tiempo daba fe del destino de cualquier
cosa que se dejara en la vía publica durante demasiado tiempo (estaba a medio
desguazar). Como imagen curiosa os dejo
estas jaulas que algunos vecinos se han construido delante de sus casas para
aparcar sus coches. Todo un gesto de la ley del oeste que impera en estos
sitios.
También os dejo el link al Street view para que os paseéis
un poco por sus calles homogéneas.
Ver mapa más grande
Algo que no te dirán en las promociones de Cancún es que
tiene un clima asqueroso. Calor y humedad a tutiplén. Cosa que te importa poco
si pasas las 24 h en un hotel climatizado, pero que la gente de allí sufre al
vivir en casas mal diseñadas. Los ventiladores y la resignación son sus armas
ante el sofocante calor.
Nuestro anfitrión era el vivo ejemplo de las contradicciones
de Cancún. Trabajaba en un hotel de la zona hotelera, vendiendo a los clientes
del hotel unas cosas llamadas membrecías. Una membrecía es un producto de unos
10.000 dólares que consiste en que durante un tiempo de unos 10, 20 o 50 años, tú,
tus hijos y toda tú familia tiene un tiempo al mes para pasar en el hotel todo
incluido. Haga de Cancún su residencia de verano sin comprar ninguna propiedad
ni preocuparse por nada, todo incluido. Bueno a lo que iba, nuestro anfitrión
trabajaba de lunes a domingo vendiendo esas membrecías, y volvía a dormir a su
apartamento de 100 dólares al mes por las noches. Se levantaba, agarraba el
bus, llegaba al hotel, y allí pasaba su jornada laboral con aire acondicionado.
Al medio día antes de volver a casa se inflaba en el bufé libre del hotel
(incluido en su contrato) y volvía a su casa sin cocina a pasar la tarde y
calor. Me resultaba intrigante como podía casar esas dos realidades en su vida
diaria sin que la cabeza le explotase. Pero así es Cancún.
Una cosa más antes de acabar. Me sorprendió saber que Cancún,
y toda la Rivera Maya no es zona libre de carteles de la droga ni mucho menos.
Nuestro anfitrión nos contó bastantes historias sobre cómo están las cosas por
allí. Todo es territorio de los Zetas, y no se escuchan movidas, porque no hay
disputas por el territorio, y su negocio principal, la venta de droga a
turistas, va como la seda. Al parecer cualquier restaurante, o discoteca que
tengas paga canon al cartel, y ni se te ocurra ir de listo y llegar allí a
ganarte unas perras vendiendo droga por tu cuenta. Y no te hablo de los barrios
pobres, hablo de esos magníficos 20 km de hoteles. Esa es otra de las caras de Cancún
que no publicitan en las campañas turísticas.
Nos fijamos tanto en el árbol que no vemos el bosque. Me hace gracia que la gente de mi clase que se fue allí en el viaje de estudios al volver dijera:
ResponderEliminar- no sólo estabamos en el hotel y hacíamos muchas excursiones.
-¿Pero no fuestes a Cancún ciudad?
- No, no... allí no hay nada.
Después de leer este post yo creo que allí está todo lo que nos puede interesar.